RECUERDOS DE UN FANTASMA (Parte 1)
A- Aidan Thomas, encantado. Soy tu instructor y el capitán del departamento de bomberos 101 de Nueva York. Aquí vas a especializarte en todos los conceptos básicos que aprendiste en la escuela de bomberos de tu país.
L- S-Si…
A- Prepárate. Porque a partir de mañana te voy a machacar como nunca lo han hecho en tu vida.
L- …
A- E leído tu expediente. Se de donde vienes, a que familia perteneces y los negocios que lleváis entre manos. Todo eso dará igual a partir de mañana. Tu origen será igual de importante que el de cualquiera de mis hombres, y serás juzgado por tus méritos, no por tu apellido.
Eso significa que por mucho que tus padres nos hayan pagado para garantizarte un puesto en este departamento dará absolutamente igual si yo no estoy de acuerdo.
L- ¡Si señor!
A- Ja Ja! Tranquilo. Esto no es el ejercito. Que sea tu superior no quiere decir que no podamos tutearnos fuera del trabajo. ¿De acuerdo?
L- S-Si… señor.
A- Se que los chicos no te han dado una buena bienvenida. Pero son buena gente. Suda la camiseta y te ganaras su respeto. ¿Entendido?
L- Si…
A- Una última cosa. A partir de mañana quiero que te metas en la cabeza que eres un grano en el culo para nosotros. Cometerás errores, serás un lastre, te cansaras y frustraras, nosotros nos aseguraremos de que a cada día que pases aquí desees volver corriendo a tu palacio de cristal, pero si al terminar el año sigues aquí, te habrás convertido en un bombero de Nueva York.
L- ¡Gracias por su confianza señor! ¡Estoy deseando empezar cuanto antes!
A- Bien…No empiezas hasta mañana, pero como te veo tan enérgico… los chicos y yo nos iremos a tomar unas copas al terminar el turno. Te vas a venir conmigo, vamos a trabajar esa timidez tuya. ¿Qué te parece?
L- Se-Señor…
A-¿Si?
L- En mi país no bebemos.
A- Eso no es problema… Porque ahora estas en MI país ¡¡JAJAJAJA!!
En ese momento alguien toca la puerta de la pequeña cabaña.
- Servicio de habitaciones, lavandería.
El hombre deja algo sobre la mesa de noche, poniéndose en pie.
- No es necesario el servicio, gracias.
La persona al otro lado de la puerta se aleja en silencio para dirigirse a la siguiente cabaña.
El hombre se reclina lentamente para volver a sentarse en silencio, envuelto en las sombras de una habitación desprovista de luz, recogiendo a su vez el objeto que dejo anteriormente sobre la mesa de noche.
- 3,4,5,6,7,8,9,10,11 balas.
Susurra mientras se escucha un sonido sordo metálico.