La casa de el tío abuelo y la abuela Tastrofe. (H1)

En uno de los terrenos que pertenecieron al difunto Lunes Tastrofe residen su viuda y su hermano, El viejo tío abuelo tastrofe realmente nunca entendió como un tipo tan carismático y bonachón como Lunes podría haberse enamorado de un ser tan amargado y estricto como lo era la señora Mariana de Tastrofe, ni hablar el día en que el terreno que pertenecía a partes iguales a el y a Lunes quedo por partes iguales entre el y la viuda, realmente no se llevaban nada bien, a la viuda no le gustaba toparselo, detestaba como construía aquel aquelarre de tuercas y tablas verdosas sacadas de dios sabe donde, detestaba que el guardase herramientas en todos lados hasta el punto de poner ratoneras en los cajones de la sala para hacerlo escarmentar cuando metiera las manos, pues para ella "El gabinete de la sala es para la vajilla de porcelana", por su parte el viejo tastrofe detestaba que la anciana no lo dejaba tocar la cocina, en condiciones normales a cualquiera le gustaría que le cocinen, pero la anciana le daba porciones tan diminutas que sentía lo estaba matando de hambre, le pegaba en las manos con una vara cuando tomaba el tenedor equivocado y le buscaba amedrentarlo con una mirada rigurosa, con lo cual el se echaba un gas sonriendo para que la anciana lo oliera, pues el estaba ya muy viejo para que una vieja reumática viniera a darle ordenes, ninguno de los dos lo admitiría jamas pero ambos trataban de que el otro dejara lo que por derecho ellos creían enteramente suyo.
Finalmente después de dos semanas de peleas incesantes decidieron dividir la casa, en un acuerdo mas o menos justo, en que si bien la viuda se quedaba con la mitad a la que pertenecían los baños el poseía la única entrada y salida, y no había espectáculo mas divertido para el que ver a la anciana luchando por saltar por la ventana. 
En vista de que la viuda buscaba talar los arboles que el anciano plantaba el comenzó a plantearlos con bombas fétidas, que dejaban a la anciana con un hedor inmundo que el no sufriría por una lesión que le dificultaba sentir olores.
Y allí viven, en una casa dividida en dos, pintadas de dos colores, con sus fronteras interiores bien marcadas por cinta adhesiva naranja, en una paz mas o menos estable, siempre buscando sacarse de quicio el uno al otro.

Sobre el autor

2 Comentarios

Gypsyroxy37
Me gusta la historia 
Ldrien
 Una casa rosa repleta de gargolas...ese es el enigma tras la viuda Tastrofe!