LuceS y SombraS

Jugando con las sombras e iluminaciones con un dibujillo libre de mi tiempo en bachiller.

Me inspira una poesía de Luis Cernuda:
    
     Una rápida sombra sobrevino.
    
     Entonces, hondos bajo una frente, vi unos ojos

    Llenos de compasión, y hallé temblando un alma

    Donde mi alma se copiaba inmensa,

    Por el amor dueña del mundo.

    Vi unos pies que marcaban la linde de la vida,

    El borde de una túnica incolora

    Plegada, resbalando

    Hasta rozar la fosa, como un ala

    Cuando a subir tras de la luz incita.

    Sentí de nuevo el sueño, la locura

    y el error de estar vivo,

    Siendo carne doliente día a día.

    Pero él me había llamado

    y en mí no estaba ya sino seguirle.

    Por eso, puesto en pie, anduve silencioso (...)

    Todos le rodearon en la mesa.

    Encontré el pan amargo, sin sabor las frutas,

    El agua sin frescor, los cuerpos sin deseo;

    La palabra hermandad sonaba falsa,

    y de la imagen del amor quedaban

    Sólo recuerdos vagos bajo el viento.

    Él conocía que todo estaba muerto

    En mí, que yo era un muerto

    Andando entre los muertos.

    Sentado a su derecha me veía

    Como aquel que festejan al retorno.

    La mano suya descansaba cerca

    Y recliné la frente sobre ella

    Con asco de mi cuerpo y de mi alma.

    Así pedí en silencio, como se pide

    A Dios, porque su nombre,

    Más vasto que los templos, los mares, las estrellas,

    Cabe en el desconsuelo del hombre que está solo,

    Fuerza para llevar la vida nuevamente.

    Así rogué, con lágrimas,

    Fuerza de soportar mi ignorancia resignado,

    Trabajando, no por mi vida ni mi espíritu,

    Mas por una verdad en aquellos ojos entrevista

    Ahora. La hermosura es paciencia.

    Sé que el lirio del campo,

    Tras de su humilde oscuridad en tantas noches

    Con larga espera bajo tierra,

    Del tallo verde erguido a la corola alba

    Irrumpe un día en gloria triunfante.

    Y luego una mañana,

    Despertando, hallaremos

    Sonrientes las caras

    De los que estaban lejos.

    Y al fin

    No estaremos así:

    Tú ahí, yo aquí

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