En Los Bosques De Bambú tercera parte

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Capítulo 6
 
Cabalgué cuesta abajo mientras la lluvia seguía cayendo, el terreno era resbaloso y estaba cansado y molesto. 
El terreno comenzaba a volverse boscoso nuevamente, de pronto el caballo resbaló y caí al suelo, rodando cuesta abajo mientras me hacia daño con las rocas y plantas, al fin logré sujetarme de una rama de un árbol, miré hacia atrás y vi un precipicio que se encontraba a pocos metros de mí
-¡cielos! ¡No!- exclamé adolorido y aferrándome a esa rama como a mi vida, pude ver al caballo que me miraba cuesta arriba, él no se había caído 
-¡ayuda! ¡Por favor!- el caballo se dio la vuelta y se marchó, permanecí angustiado y sin saber qué hacer, seguía lloviendo y temblaba de frío.
El caballo volvió a la cueva sin jinete -¡oye, mira!- exclamó Yen al verlo -¡seguramente le ocurrió algo! ¡Vamos!- 
Ambos comenzaron a buscarme en medio de la tormenta, Yen hacia una dirección y Sue en la otra.
De pronto pude ver una silueta lejana, -¡ayuda!- exclamé casi sin fuerzas, la silueta se detuvo y se acercó, era ella 
-¡¿estás bien?!-
-supongo - respondí, ella se fue acercando con mucho cuidado para no resbalar, mientras la lluvia caía, se recargó sobre el tronco del árbol de cuya rama me sujetaba, entonces extendió su mano hacia mí
-¡ven!- tomé su mano y logré levantarme con cierto dolor, de pronto ambos resbalamos y la abracé accidentalmente, ella me sujetó con fuerza
-está bien... Ahora vamos a subir - murmuró ella, y comenzamos a caminar cuesta arriba, mientras me apoyaba en su hombro cojeando un poco. 
Logramos subir y nos encontramos con Yen -¡Jae , no vuelvas a hacer locuras!- exclamó él, y volvimos a la cueva.
-pudiste morir...- dijo Sue un rato más tarde, mientras entrábamos en calor frente a la fogata en la cueva -lo sé...-
-mira ... Respecto a recuperar el reino, sé que no estás conforme con ello, pero personalmente es mi deber, si tú no quieres colaborar está bien - dijo ella mirando al suelo 
-de cualquier manera, fue lindo tener un amigo durante un poco de tiempo...- la miré, parecía un poco triste , entonces me acerqué a ella, y la abracé, por primera vez de manera voluntaria, ella se sorprendió, pero me abrazó 
- siempre podrás contar conmigo- dije suavemente, entonces nos separamos y pregunté 
- ¿por qué es tu deber recuperar el reino?- ella me miró, y tras unos momentos de silencio, finalmente dijo algo que había mantenido oculto.
- mi padre... Él era Asahi, el Emperador - permanecí pasmado ante aquellas palabras.
- Soy hija del Emperador... Recuerdo cuando la guerra entre el Reino negro y el Imperio del amanecer comenzó, era muy pequeña en ese tiempo, pero la guerra continuó durante varios años... Poco tiempo antes de la invasión, mi madre fue emboscada por Kuroi Ame y sus mercenarios la asesinaron. Entonces mi padre se prometió a sí mismo que haría todo lo que estuviera en su poder para protegerme, proteger a su pueblo y su tierra... 
Finalmente llegó aquella noche terrible, Kuroi Ame y sus mercenarios atacaron el palacio Imperial, entrando a la fuerza y aniquilando a todos los guerreros a su paso, eran despiadados e inhumanos. 
Mi padre me escondió en la habitación de mi nodriza, junto con el hijo de ella, Yen... Entonces se armó de valor y se dirigió a enfrentar a Kuroi Ame, pero aquel cobarde no luchó solo, sino que junto a sus mercenarios enfrentaron a mi padre siendo superiores en número, y al final ése cobarde lo hirió mortalmente con su espada...
La nodriza nos tomó de la mano y nos llevó hasta la ventana, nos hizo salir del palacio, pero los mercenarios notaron su presencia, ella nos dijo que corriéramos sin mirar atrás, y así lo hicimos, mientras ella era aniquilada por los enemigos... Corrimos entre la ciudad en llamas, escuchando los gritos y llantos de la gente que trataba de salvar su vida... 
Finalmente pudimos llegar al bosque, donde nos refugiamos mientras el reino negro se hacía con el dominio de nuestro reino... Yen era un par de años mayor, y desde entonces él ha cuidado de mí... Esa es mi historia, y estoy dispuesta a dar mi vida por defender a mi tierra de esos cobardes...- entonces guardó silencio, me quedé impresionado al escuchar su relato. 
-eres admirable, tu padre estaría muy orgulloso de ti, eres una verdadera guerrera...- fue lo único que pude decir, 
-gracias...- respondió ella con cierta tristeza en la mirada al recordar aquellas escenas del pasado...
Al día siguiente Yen y yo nos encontramos con una escena curiosa al despertar, ella se encontraba fuera de la cueva junto con aquella enorme ave -¡Yachu! ¡Eso!- exclamó ella subiendo al lomo del ave, mientras ésta lo permitía dócilmente.
-¿Yachu? ¿Le has puesto nombre?- dijo Yen 
-¡por supuesto!- dijo aquella chica emocionada de montar semejante criatura -¡suban aquí!- ambos nos miramos extrañados, pero nos acercamos y lo hicimos, era un animal enorme, más grande que un caballo, su plumaje era suave y de un tono café y dorado, sus ojos eran profundos y marrones, en resumidas cuentas era como un águila real pero gigantesca, sus garras eran negras y poderosas, sus patas amarillas y escamosas, sus alas enormes, su pico afilado, una parte gris y la otra amarilla. 
Su porte era elegante y poderoso, era ciertamente hermosa una vez que te acostumbrabas a su presencia.
- ¡toménse firmes!- dijo Sue
-¡¿eh?!- exclamamos ambos cuando de pronto el ave extendió sus alas y comenzó a elevarse, gritamos de miedo al ver como el suelo se iba haciendo lejano y al ver el paisaje en toda su inmensidad, sentíamos el viento rozando nuestros cuerpos, mientras nos aferrábamos del ave con toda nuestra fuerza, ¡era increíble! 
Volábamos en las alturas mirando la inmensidad del cielo azul y las blancas nubes mientras todo se veía pequeño allá abajo, las montañas, el bosque, la bahía y la ciudad imperial. El ave volaba velozmente alejándose más y más de la montaña 
- ¡Yachu! ¡Eso! ¡Muy bien!- lo animaba Sue, era una sensación inmensa de emoción poder atravesar así los aires. 
-¡vamos a volver, Yachu!- dijo la chica, nunca sentí sensación más horrible , como en ese momento cuando el ave se detuvo en el aire y comenzó un veloz descenso, la sensación de vértigo en mi estómago no se compara a nada que hubiera experimentado antes, gritamos nuevamente, y cuando creí que me iba a dar un infarto, finalmente el ave aterrizó en la montaña, en el mismo lugar de donde había echado a volar.
-¡¿ qué fue eso?!- grité, entonces bajamos del ave y nos tiramos al suelo Yen y yo, mareados a más no poder, mientras Sue reía alegremente con el rostro sonrojado de emoción. 
-¡eso sólo fue un ensayo, ahora podremos llegar rápidamente a nuestro destino! Dejemos que Yachu nos lleve a la otra montaña, a partir de allí sólo nos faltaría cabalgar un poco y atravesar el bosque para llegar a la ciudad, a menos que queramos atravesar la bahía- dijo Sue con alegría, 
-¡vaya! Sabía que sería un gran viaje, pero esto no lo esperaba- dijo Yen cuando pudimos recuperar el aliento. 
Y así lo hicimos, ese mismo día Yachu nos llevó a nosotros y a los caballos a la cima de la siguiente montaña 
-¡muchas gracias! ¡Cuídate mucho, nos vemos!- dijo Sue al ave al final de ese recorrido, entonces el ave emprendió el vuelo hacia las montañas
-me pregunto si tiene familia allá- dijo ella al verlo marcharse a las montañas 
-no sé, pero debe estar cansado, como nosotros- respondí. Decidimos pernoctar en una cueva, y quedarnos ahí para recuperar las fuerzas, sabíamos que estábamos más cerca que nunca a la etapa más peligrosa de nuestra misión, enfrentarnos a los mercenarios de Kuroi Ame y recuperar al Sr Chan, también, luchar por el reino, no sería fácil podríamos perder la vida en la batalla...
 
Capítulo 7
 
Aquella noche sentí una gran melancolía al pensar en aquellas cosas, mientras Yen preparaba algo para comer, me acerqué a Sue que se encontraba sentada en silencio 
-hola, ¿cómo te encuentras?- 
-hola ... Estoy bien, ¿y tú?-
-bien... Gracias...- guardé silencio por un momento, y continué
-¿sabes? Antes que nada quería darte las gracias por este viaje... Ha sido un privilegio conocerte y poder compartir este tiempo juntos- en verdad, me sorprendía como en poco tiempo había llegado a ser una persona especial para mí, ella me miró y sonrió suavemente
- gracias... Igualmente ha sido agradable conocerte, eres un buen chico,Jae...-
Sonreí al escuchar sus palabras- gracias... Nunca cambies - entonces me retiré de allí.
A media noche, mientras Yen y yo dormíamos, Sue se levantó en silencio, se acercó a su caballo y acariciando su negra crin, se echó a llorar sobre su cuello 
-no quiero que les hagan daño a Yen y Jae... Sé que lo que vamos a hacer es muy arriesgado... No puedo permitir que los lastimen...- entonces tomó su espada y mirando su reflejo sobre el metal, y la insignia imperial en la vaina y el mango, enjugó sus lágrimas 
- esto, es mi deber y solamente mío... Es el legado de mis padres, tengo que honrarlos... Luchar por defender lo que es correcto, defender el bien y la justicia... Como todo guerrero sabe, vivir y morir con honor...- con valor, y lágrimas en los ojos miró hacia donde nos encontrábamos Yen y yo durmiendo profundamente 
-adiós, y gracias a ambos por todo cuanto me han dado ... Gracias Yen, por cuidar de mi como un hermano mayor, gracias Jae, por ser mi amigo, te quiero...- entonces tomó sus armas
-es mi deber y solamente mío, morir protegiendo a mi tierra, recuperando el reino ... Debo hacerlo sola, así ellos no sufrirán ningún daño...- entonces montó en su caballo y emprendió la marcha, galopando velozmente a través del bosque para llegar a la ciudad imperial. 
Mientras la luz de la luna iluminaba el camino colándose entre las copas de los árboles, ella cabalgaba con sólo un objetivo en mente, cumplir con su deber , el sonido de los cascos del caballo en carrera rompía con el silencio nocturno, mientras ella sentía el viento rozando su rostro. Tardó un par de horas en llegar a la ciudad, y entonces se detuvo a contemplarla, aún era de madrugada y estaba oscuro. Continuó cabalgando y llegó hasta la prisión, descendió del caballo y lo dejó semi oculto tras una columna, en silencio comenzó a trepar por una pared, se asomó al interior de la prisión por una ventana y descubrió a un par de guardias que dormían profundamente, entonces con mucha cautela se introdujo al edificio por la ventana, caminó sigilosamente y ocultándose tras las paredes cuando escuchaba algún ruido, se agazapó y logró llegar donde se encontraban los prisioneros, inspeccionó cada celda, sólo había visto al Sr Chan una vez, pero recordaba su apariencia. 
Finalmente, lo encontró -¿señor Chan?- murmuró, el Sr Chan despertó y la miró sorprendido -vengo de parte de Jae -
-¡oh! ¿Quién eres?-
- no importa, lo sacaré de aquí - entonces sacó un cuchillo de entre sus armas, y lo utilizó a modo de llave para abrir la cerradura, entonces el hombre en la celda siguiente despertó y miró sorprendido aquella escena 
-¡oh!- exclamó
-por favor guarda silencio- susurró el Sr Chan, cuando Sue terminó de abrir esa celda, se volvió al hombre de la celda siguiente y procedió a hacer lo mismo.
El hombre pudo distinguir el rostro de Sue, algo cubierto por el sombrero de bambú -¡princesa!- exclamó , Sue se sorprendió, pero continuó con su trabajo. 
Cuando estuvieron libres, procedieron a seguirla con gran cautela, al final pudieron llegar hasta la ventana y salir de la prisión sin que nadie se percatara de ello. 
-¡princesa!- volvió a exclamar aquel hombre al verse libre tras años de prisión, el Sr Chan lo miró intrigado y después miró a la chica, ella pareció no darle mayor importancia al asunto, sólo tenía cabeza para pensar en la siguiente , y más difícil, parte de la misión, 
- cuídense , y disfruten su libertad- dijo ella, entonces se marchó en dirección al palacio Imperial, mientras aquellos hombres la miraban sorprendidos
-¡tenemos que decirlo a la gente, para levantarnos en armas!- dijo el ex prisionero , el Sr Chan lo miró, y sus ojos se infundieron de valor.
 
Capítulo 8
 
El amanecer de aquel día llegó, el cielo estaba nublado y parecía que pronto llovería, desperté, y pronto pude notar que ni Sue, ni su caballo se encontraban ahí 
-¡Yen, Sue no está aquí!- exclamé despertándolo, él se sorprendió y rápidamente se levantó 
-¡Sue cabeza dura!- murmuró,
-¿qué ocurre?- pregunté ansioso 
-¡seguramente ella decidió adelantarse en la misión!- dijo Yen 
-¡¿qué haremos?!- exclamé 
- ¡encontrarla lo más pronto posible!- acto seguido montamos los caballos y nos pusimos en marcha a toda velocidad.
Mientras tanto, ella había logrado colarse al interior del palacio esquivando a los guardias, con gran emoción, llegó a la cámara imperial. 
Allí estaba él, vestido con una negra armadura, su rostro era duro y frío con algunas arrugas , una larga barba y bigote adornaban su rostro dándole una apariencia aún más temible, su cabello era largo recogido en una coleta, era un mercenario, era Kuroi Ame. 
Sue tensó el arco y le apuntó -¡ríndete ahora o será tu fin!- exclamó enérgicamente, él se volvió sorprendido 
-¡tú! ¡Sabandija! ¡Sigues con vida, pero no por mucho tiempo!- ella no dejó de apuntarle, pero entonces los guardias se percataron de que algo ocurría y se dirigieron a la cámara imperial 
-¡acaben con el intruso!- gritó Kuroi Ame, entonces ella disparó pero Kuroi Ame logró esquivar la flecha que se dirigía a su pierna, entonces desenvainó su espada y se lanzó contra ella, ella también desenvainó su espada y ambos combatieron, el sonido del metal chocando llenó el aire, Kuroi Ame era más alto y fuerte, pero ella tenía el valor de luchar hasta la muerte.
Entonces los guardias llegaron a la cámara y apuntaron sus flechas hacia Sue -¡estás rodeada, ríndete ahora!- ella los miró enfurecida, pero no tuvo otra opción que volver la espada a su vaina, entonces Kuroi Ame la golpeó y la ató de las manos, de pronto llegó un oficial del ejército bastante nervioso
-¡majestad! ¡Algo está ocurriendo! ¡Se está haciendo una revuelta, unos hombres han dicho que la hija de Asahi se encuentra con vida y está aquí! ¡Se está realizando una revuelta!- entonces Kuroi Ame lo miró, miró a Sue enfurecido - ya veo... ¡Haz una convocatoria al pueblo! ¡Que todos vengan a las afueras del palacio, les demostraré lo que se les hace a los que se rebelan a mi!- 
Y así lo hicieron, todo el pueblo fue convocado a reunirse a las afueras del palacio Imperial, la multitud se mantuvo tras las rejas que rodeaban el palacio para protegerlo, la gente no sabía qué estaba ocurriendo.
El cielo estaba nublado, y los truenos retumbaban, mientras Yen y yo cabalgábamos a toda velocidad a través del bosque, finalmente pudimos divisar la ciudad más cercana
-¡allá vamos! ¡Prepárate !- exclamó Yen.
Multitud de soldados se reunieron en fila fuera del palacio, entonces apareció Kuroi Ame y habló dirigiéndose al pueblo que estaba reunido frente al palacio 
-¡pueblo del imperio del amanecer! ¡He escuchado que están planeando una revuelta! ¡Unos hombres han dicho que la hija de Asahi se encuentra con vida!- entonces se acercaron un par de soldados arrastrando a Sue que se encontraba atada y la dejaron en el suelo junto a Kuroi Ame -¡sí! ¡Ella está viva! ¡Su querida princesa está viva, pero no por mucho tiempo!- el pueblo rompió en exclamaciones de horror y de sorpresa.
Finalmente llegamos a la ciudad, y pudimos notar que algo importante ocurría, las personas parecían asustadas y corrían en dirección al palacio, de pronto nos topamos con el Sr Chan 
-¡señor Chan! ¡¿Cómo es que está libre?!- exclamé emocionado de verlo, él me miró con sorpresa y preocupación 
-¡Jae! ¡Tu amiga nos liberó! ¡Kuroi Ame va a matarla! ¡Tenemos que impedirlo!- exclamó él, Yen y yo nos asustamos al escuchar aquello, entonces la tormenta estalló, tras intercambiar algunas palabras con el Sr Chan y su acompañante, cabalgamos a toda prisa rumbo al palacio, vimos a la multitud y buscamos la manera de entrar.
- ¡ les mostraré cuál es el destino de todos sus míseros guerreros!- exclamó Kuroi Ame con desprecio, entonces despojó a Sue de su casco de bambú, y su largo cabello negro quedó expuesto, la imagen de una dama escondida tras esa apariencia guerrera, aquel cobarde comenzó a golpearla con fuerza, mientras ella estaba indefensa, atada de pies y manos. 
De pronto unas flechas atravesaron el aire derribando a varios soldados, éramos Yen y yo acercándonos, disparando mientras cabalgábamos, los soldados se sorprendieron y prepararon sus armas para combatirnos.
El pueblo que hasta ese momento contemplaba la escena con temor, se sintió embravecido por nuestra acción, y se lanzaron contra la valla para derribarla 
-¡luchemos por la justicia! ¡Recordemos quienes somos, un pueblo guerrero!- gritó el Sr Chan junto con su compañero, mientras ambos tomaban armas para ayudar en la lucha.
Los soldados nos persiguieron con lanzas y espadas desenvainadas, mientras Yen y yo cabalgábamos a la carrera disparando flechas, logrando derribar a muchos soldados, Kuroi Ame se sintió desesperado y sacó su espada para matar a Sue, logré verlo a tiempo, y sin pensármelo dos veces arremetí contra él con el caballo, el movimiento fue demasiado brusco y terminé cayendo del caballo 
-¡Jae!- gritó Sue al verme estrellar contra el suelo, el caballo siguió su carrera bastante asustado
-¡miserable!- gritó Kuroi Ame e intentó golpearme con la espada, logré esquivarlo y desenvainé mi espada, ambos luchamos en un duelo mortal, mientras Sue intentaba desatarse. 
El pueblo derribó la valla y se lanzó para luchar contra el ejército negro valientemente, mientras Yen cabalgaba luchando contra los soldados, uno de ellos logró dispararle con una flecha en la pierna, él gritó de dolor, pero continuó luchando valientemente, dispuesto a dar su vida en la batalla.
Kuroi Ame era muy fuerte, y yo estaba muy cansado, mientras Sue lograba desatarse de pies y manos, de pronto él me golpeó con la espada hiriendo mi brazo, grité del dolor mientras la sangre corría y caí de rodillas al suelo, poniendo mi mano sobre aquella herida, que pronto se tiñó de rojo, mi respiración era agitada, me sentía muy débil tras tanta acción, Kuroi Ame me miró con desprecio y lanzó una carcajada perversa 
-¡Jae!- gritó Sue y corrió junto a mí, viéndome sangrar mientras la tormenta caía . 
De pronto un grito horrible, venido quien sabe de donde, llenó el aire, vimos una sombra inmensa en el suelo , Kuroi Ame se sorprendió e intentó mirar hacia el cielo, de pronto, una terrible criatura lo atrapó entre sus garras, él gritó horrorizado mientras lo elevaba en el aire, para después dejarlo estrellarse sobre el suelo lejos de ahí 
-¡Yachu! - grité impresionado, de pronto apareció otra ave similar y arremetió contra los soldados de Kuroi Ame entre la lluvia y el viento, ante el asombro de todos, Yachu volvió y también arremetió contra ellos, ellos les dispararon flechas y lanzas, pero apenas lograron hacerles daño, aquellas aves estaban enfurecidas y muchos cayeron muertos, otros echaron a correr, huyendo tratando de salvarse. ¡ La victoria era nuestra!
-¡Jae! - exclamó Sue tratando de hacerme un torniquete porque la sangre seguía corriendo 
-¡estoy bien! ¡Sue, estoy tan feliz!- entonces, sin apenas pensarlo, la besé en los labios mientras la lluvia caía a cántaros sobre nosotros, ella se sorprendió, entonces sonrió dulcemente, y me abrazó con fuerza 
-te amo...- murmuró, y Sonreí...
Finalmente recuperamos nuestro reino, nuestra tierra, y el Imperio del amanecer pudo ver la luz brillar nuevamente, tras la batalla pudimos recuperarnos y nuestras heridas sanaron... Finalmente llegó un reinado de paz, cuando Sue recuperó el legado de su padre y se convirtió en Emperatriz, junto al nuevo Emperador, nos casamos finalmente, para gobernar nuestra tierra con el bien y la justicia, honrando los valores de un guerrero, vivir y morir con honor. Aunque en la vida no siempre todo es perfecto, logramos ser felices, como nunca antes lo habíamos sido, yo la amaba y ella a mí, y así pudimos ser felices, superando todos los obstáculos, siendo felices al igual que nuestros amigos, Yen y el Sr Chan, y por supuesto, también la mascota Yachu.
Fin
 
 
VIMARA
Tres cosas,

La primera es que no se yo si los caballos se dejarán llevar fácilmente por los aires y si no les da un ataque al corazón, los ruidos que harían serían escuchados a mucha distancia.

La segunda es que es complicado que una cárcel o prisión tenga ventanas de fácil entrada y salida.

La tercera es cómo el sr Chan, si no va a caballo con los jóvenes, llega tan rápido a la batalla.





Que la suerte te acompañe.
sharelsan
Buenas observaciones, gracias por comentarlo
Ai.S.G.V.