En Los Bosques De Bambú segunda parte

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sharelsan
#1
Capítulo 4
 
Así que, ese mismo día emprendimos el viaje, tomamos algunas provisiones en nuestras mochilas, nuestras armas, arcos y flechas en su envoltura a nuestra espalda, y espadas ceñidas al cinturón. 
Entonces montamos nuestros respectivos caballos y emprendimos la marcha adentrándonos en la espesura del húmedo bosque de bambú. Tras cabalgar durante todo el día llegó el ocaso y decidimos descansar, comimos un poco de carne seca y encendimos una fogata para ahuyentar a los animales.
Nos sentamos en el suelo y Yen se levantó para atender a los caballos. Entre la espesura de los árboles podía distinguirse el profundo cielo azul y el brillo de las estrellas, miré a aquella chica que contemplaba las estrellas mientras el brillo de éstas se reflejaba en sus ojos, - oye... ¿Cómo te llamas?- pregunté , ella miró al suelo - Sue...-
-¿y entonces Yen es tu hermano?-
-realmente, biológicamente... No-
Su respuesta me intrigó -¿a que te refieres?-
-pues ... Ambos perdimos a nuestros padres la noche que nuestro reino fue invadido, y desde entonces nos hemos cuidado mutuamente como hermanos-
-¡oh!... Lo lamento mucho... Yo también perdí a mis padres esa noche. Mi padre era uno de los guerreros del Emperador, él salió dispuesto a defender a su soberano y a su pueblo a muerte, y así lo hizo... Mi madre murió luchando, intentando protegerme, me quedé solo... Fue entonces cuando me encontré con el Sr Chan, que perdió a su hijo esa noche, y él me adoptó, desde entonces es mi única familia. Por ello quiero protegerlo ...- entonces la miré -¿y tu familia, quienes eran?-
ella pareció turbada por aquella pregunta
- eso no te interesa... Lo siento...- su respuesta me sorprendió -está bien... Lo lamento, no quise ofenderte ...-
Entonces permanecimos en silencio, y aquella noche dormimos allí.
Al día siguiente continuamos el viaje, y durante varios días continuamos adentrándonos en el bosque, el terreno se iba volviendo más elevado a medida que nos acercábamos a la montaña, el bosque era intensamente verde , las cañas de bambú lo llenaban, el ambiente era húmedo pero fresco, y estaba inundado con los cantos de las aves y los sonidos de los animales que lo habitaban, era un lugar pacífico y bello.
-¿ y cuál es el plan, una vez que lleguemos allá?- pregunté un día mientras hacíamos un breve refrigerio y dejábamos descansar a los caballos - pues,teníamos pensado atacar a la fortaleza mientras tú buscas al Sr Chan y lo liberas, entonces subir a los caballos y huir a toda prisa - dijo Yen
- bien, ¿pero no es un poco arriesgado? Ni siquiera conocemos el lugar- respondí 
- eh... Tal vez tú no lo conoces, pero nosotros sí, ¿verdad Sue?- 
- jajaja- río ella, - lo conocemos bien, hasta conocemos el palacio Imperial como la palma de nuestra mano - 
-oh... No lo sabía... ¿Y conocen a Kuroi Ame?- pregunté, ambos cambiaron la expresión en su rostro y se pusieron serios. - si, lamentablemente lo conocemos muy bien...-
-¿cómo es?- pregunté
- el hombre más cruel y despiadado que puedes imaginarte, piensa de sí mismo grandiosidad, pero no es más que un mercenario vil...- dijo Sue, por el tono de su voz pude notar que lo decía por propia experiencia - porque lo conocemos bien, él ordenó nuestra captura desde hace un par de años - dijo Yen - verás, un día intentamos atacar el palacio Imperial, recuperarlo, nos enfrentamos a Kuroi Ame y sus mercenarios, pero ellos eran demasiado numerosos para vencerlos y tuvimos que huir. Desde entonces él ordenó nuestra captura, y desde ese día tenemos que vivir ocultando nuestra identidad, de lo contrario alguien podría delatar nuestra presencia, y nuestra libertad, incluso nuestras vidas se verían en juego.-
Aquello me intrigó grandemente 
-¿pero por qué ese afán de capturarlos, qué peligro representan ustedes para él?- ellos se miraron entre sí 
-sólo que somos guerreros dispuestos a defender nuestra tierra, y él es un cobarde. Eso es todo- respondió Sue
-¡vaya! Que valor, chicos - respondí.
La noche vino, y mientras descansábamos, notamos de pronto algo que brillaba entre la hierba, cientos de pequeñas luces comenzaron a aparecer, luciérnagas
-¡eh, mira eso!- exclamó Yen levantándose para admirarlas, Sue lo siguió y yo también, en un momento nos vimos rodeados por cientos de luces que revoloteaban por el bosque en aquella noche de verano, reímos y jugamos persiguiéndolas como niños, de pronto la miré a ella que  había trepado al tronco de un árbol, y desde allí reía alegremente, por fin la veía sonreír, se veía radiante. No pude evitar contemplarla mientras una dulce sonrisa se dibujaba en mi rostro...
- que hermosa sonrisa...- dije suavemente, ella me miró -gracias...- entonces miró al suelo -Sue... Seamos amigos- dije de pronto, ella continuó mirando al suelo
-¿qué ocurre?- pregunté, mientras a lo lejos Yen corría tras las luciérnagas.
- cuando uno es un fugitivo como yo, no se pueden hacer muchos amigos...- respondió ella
- pues... Eso no importa, puedes confiar en mí. Lo prometo, nunca te traicionaría - ella me miró y sonrió con cierta tristeza- gracias... También puedes contar conmigo- entonces bajó del árbol para continuar persiguiendo a las luciérnagas y yo la seguí. Era muy linda, era especial, quería conocerla más profundamente.
 
Capítulo 5
 
 
Un par de días más tarde finalmente llegamos a un terreno montañoso, la espesura del bosque iba quedando atrás y ante nuestra vista iba apareciendo un gran paisaje. 
Desde aquel lugar elevado se podía contemplar el bosque verde, y muy lejos el pueblo de donde veníamos, el cielo era claro y azul y el viento soplaba, más adelante atravesando la cúspide de aquella montaña había que atravesar otra región boscosa, para nuevamente atravesar otra montaña, y allá, muy lejos todavía, se podía distinguir una bahía azul, atravesándola, se encontraba tierra firme, y allí, la ciudad central con el palacio Imperial y la prisión.
-¡ pero eso está muy lejos todavía! ¿Cómo llegaremos allá?- exclamé al contemplar aquel panorama tan abrumador -con paciencia, todavía nos quedan provisiones para algunos días, y podemos cazar algo en el bosque- dijo Yen, hice una mueca de preocupación, entonces continuamos el viaje.
Mientras tanto, en otra parte, encadenado en una celda, se encontraba el Sr Chan, afortunadamente era un hombre fuerte a pesar de su edad avanzada y las heridas de sus golpes estaban sanando. Él se encontraba sentado, sin ánimo para nada más, el hombre en la celda continua lo miraba con curiosidad, ansioso de poder hablar con alguien. Llevaba ahí mucho tiempo, demasiado ya. -¿y tú... Por qué estás aquí?- rompió el silencio aquel hombre, también de edad avanzada - eh... No es importante- respondió el Sr Chan
-debe serlo para que te trajesen conmigo- dijo aquel hombre
-pues... Intenté proteger a una mujer, pero me capturaron, se percataron de que soy un guerrero...- dijo el Sr Chan 
-vaya... Así que quizás pronto te ejecutarán, o te dejarán morir de viejo en una celda como a mí...- dijo el hombre 
-no temo a la muerte,mientras lo haga con honor- 
-eso es... Como un buen guerrero... Hace mucho tiempo no hablaba con nadie...- 
-y tú... ¿Qué haces aquí?- preguntó el Sr Chan
-pues, es una historia increíble... Hace un par de años vi algo que no debía haber visto, según Kuroi Ame... Amigo, nuestro Emperador, el noble Asahi, él tenía una hija...- 
-eso lo sabemos todos... La princesa que murió aquella terrible noche de la invasión, con ella, pereció la familia real...- 
- amigo... Esto es increíble, pero te lo diré... Cuando la princesa era niña, yo pude conocerla, nunca olvidaré aquel hermoso rostro... Hace un par de años, la vi...¡ Era ella! No puedo equivocarme... Lo dije a varias personas, y esto llegó a oídos de Kuroi Ame, por eso me encerraron aquí... Allá fuera, en algún sitio, la princesa está viva...- el Sr Chan permaneció pasmado con aquella noticia 
- ¡la princesa!... ¡Podemos recuperar nuestro reino!- murmuró con gran emoción - ¡así es!- respondió aquel hombre...
El cielo comenzó a nublarse, anunciando la venida de una gran tormenta, en la montaña, nos apresuramos a buscar un refugio mientras los rayos destellaban y los truenos retumbaban en el cielo, Sue vio una cueva 
-¡allí chicos, vamos ahí!- exclamó mientras gruesas gotas comenzaban a caer. Se dirigió hacia la cueva mientras Yen y yo guiábamos a los caballos hacia la cueva, entonces se escuchó un terrible grito y Sue gritó -¡ah!- 
-¡Sue!- exclamamos ambos, entonces una criatura enorme y temible emergió de la cueva, era un águila gigantesca, gritamos asustados
-¡lo sabía! ¡Es el águila de oro!- grité, la criatura tomó a Sue de los hombros con sus garras, y velozmente emprendió el vuelo mientras la chica gritaba.
Nosotros gritamos desesperados sin saber qué hacer
-¡¡¡Sue!!!- la tormenta había estallado y aquella criatura terrible se había llevado a Sue consigo. 
La tormenta era tan fuerte que era imposible distinguir a dónde se había ido -¡¡¡Sue!!!- la llamamos en vano, y sólo escuchamos el retumbar de la tormenta
-¡¿qué vamos a hacer?!- grité, Yen permaneció en silencio mientras la lluvia caía. 
-¡ vamos! ¡No puede haber ido muy lejos!- exclamó de pronto, entonces montamos los caballos, tomamos también el caballo de Sue y emprendimos la marcha cuesta arriba en la montaña, mientras la lluvia caía estrepitosamente entre relámpagos y truenos. 
El terreno era cada vez más escabroso y los caballos avanzaban con lentitud, por el riesgo de resbalarse. La lluvia era helada, y no podíamos hacer otra cosa que gritar su nombre esperando que estuviera con vida.
Logramos llegar hasta la cima, tras horas de constante lucha, y en la meseta de la cima de la montaña, pudimos ver otra cueva, todo estaba oscuro debido a la tormenta, y decidimos adentrarnos en la cueva. Dentro pudimos oír algo de ruido, Yen me hizo una señal para tomar mi arco y flecha y así lo hicimos.
Alguien río -¡Sue!- exclamó Yen y entonces pudimos escuchar el grito de aquella terrible ave, tensamos el arco y le apuntamos al tiempo que la criatura emergía de la cueva -¡adiós , miserable monstruo!- exclamé 
-¡no! ¡esperen!- gritó Sue y corrió poniéndose frente a la criatura -¡no lo maten!- ambos la miramos sorprendidos
-¡¿qué dices?!- exclamó Yen 
-¡no nos hará daño! ¡Confíen en mí!- 
-¡¡¡pero ésa cosa estuvo a punto de matarte!!!- grité creyendo que se había vuelto loca. 
-¡puede ayudarnos!- dijo ella y acarició al águila, que sorprendentemente parecía tranquila, ambos permanecimos grandemente sorprendidos
-¡es una locura!- exclamé
-¡no me importa! ¡Si él puede ayudarnos a recuperar el reino,vale la pena!- dijo Sue con gran firmeza 
-¡espera! ¡¿Recuperar el reino?! ¡¿De eso trata todo éste asunto?! ¡Creí que sólo me ayudarían a rescatar al Sr Chan!- exclamé sorprendido 
-no... También tenemos nuestros propios propósitos...- dijo Yen, entonces él entró a la cueva para refugiarse de la tormenta, yo permanecí donde estaba parado 
-¡eso si es una locura! ¡Recuperar el reino! ¡¿No saben que Kuroi Ame y sus mercenarios son demasiados para enfrentarlos?! ¡Sería un suicidio! ¡Terminaríamos como nuestros padres!- dije algo enfadado, Sue pareció molestarse 
-¡¿ así que prefieres dejar que la gente siga sufriendo las injusticias de esos mercenarios?! ¡Que cobardía, tus padres estarían avergonzados!- aquellas palabras me molestaron, entonces me di la vuelta y subí al caballo, dispuesto a seguir mi camino solo, Yen y Sue se sorprendieron.