Busco dibujante/ilustrador para proyecto conjunto
#2
Jue, 15/12/2016 - 02:31
hola buenas,me interesa bastante el proyecto
http://el-lobo-que-no-tenia-luna.tumblr.com aquí le dejó gran parte de mi galería ,al igual que en Facebook : Mitzuki Merrie Venette
Espero poder seguir en contacto
Muchas gracias por su tiempo.
Saludos.
#3
Mar, 06/12/2016 - 19:43
Hola! Esta chica trabaja muy bien, sorpréndete visitando su Instagram https://www.instagram.com/carmen_bernaldez/http://
#4
Jue, 01/12/2016 - 22:03
Hola! Soy dibujante, acá te dejo mi página: https://www.facebook.com/LasVariablesdeMaru/
#5
Vie, 25/11/2016 - 00:57
Hola, soy DaLi, y en el siguiente enlace encontrarás una muestra de mi trabajo:
Allí están todos mis datos. Si te agrada, puedes contactarme!!
Saludos y mucha suerte.
#6
Lun, 14/11/2016 - 02:32
Hola Driel, te dejo mis obras. Me interesa. Felicitaciones por tus historias. https://www.facebook.com/profile.php?id=100008194483387
#7
Sáb, 05/11/2016 - 20:34
Hola! Me gustaría que me enviaras tus ideas para ver si podemos trabajar juntos. Mi mail es fran_fb8@hotmail.com, te responderé con algunos de mis trabajos y un trabajo que hice para un libro infantil
#8
Jue, 03/11/2016 - 13:49
Buenas mi nombre es María, y soy graduada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Me interesa la propuesta.
Para más información:
E-mail: mariagonzalezalbo@icloud.com
Instagram: marieja_g
Facebook: Marie Jä
Un saludo!!!
#9
Vie, 14/10/2016 - 14:38
Si si, la Tere es una máquina con dibujos de ambiente gótico.
#10
Lun, 10/10/2016 - 15:06
Hola! Me podrías mandar un e-mail? Te dejo mi correo: teresaramosdiaz1@gmail.com
Me gustaría hablar contigo del proyecto, me interesa :) Y aquí mismo en Dibujando tienes acceso a todos los trabajos que realizo, por si quieres echar un vistazo a mi estilo y las temáticas (que la mayoría son fantasía). Un saludo!
#11
Dom, 09/10/2016 - 09:23
Después leo bien los textos. Por lo pronto me resulta interesante.
Ante mí se extendía una inmensa sala, coronada por una cúpula de azules y púrpuras dónde los ángeles de sonrisas pintadas flotaban en un mar de nubes blancas, y bajo la bóveda, las llamas siseantes de unos candelabros dorados que proyectaban sombras torcidas sobre los rostros de aquellos taciturnos querubines.
Pero aquello que capto mi atención no fue la belleza trágica de aquel lugar olvidado, sino la figura estática y muerta de una muñeca de porcelana, y quedé embelesado por su oscura mirada, perdida, vacía, sin alma..., por sus labios sellados, por sus rizos dorados pulcramente ordenados, sinónimo de perfección inmaculada, por su vestimenta de un rojo carmín aterciopelado y por aquella composición exagerada, dónde la muñeca ocupaba el lugar central de la estancia, bajo la cúpula, sobre un sofá de terciopelo y junto a ella, un sinfín de muñecos sin gracia, aplacados y sometidos bajo la excelencia de aquella muñeca hechizada.
La risa macabra de una niña inmortal quebró el silencio, marchitando mi embelesamiento, y entonces comprendí que aquello no era una muñeca a pesar de que sus labios siguieron sellados y sus pupilas perdidas en el infinito.
—Te agradezco que hayas accedido a recibirnos Marie—Pronunció Laurence con solemnidad, tomando la diminuta mano de aquella inmortal para luego besarla con delicadeza. Marie no se inmutó—Este es Eliott Schwertfeger—insistió sin conseguir que la niña perdiera su rigidez.
—Sé quien es—pronunció la criatura con sequedad, pero sus labios siguieron sellados, como si aquella voz flotara en el ambiente.— Acércate—me ordenó esta vez con cierta afabilidad, pero sus labios no se inmutaron a pesar de que su melódica voz resonaba en nuestros oídos.
Me acerqué a aquella criatura inclinándome a escasos centímetro de su rosto y contemplé con intensidad aquellos orbes negros que ahora me observaban rompiendo con su anterior quietud.
—Te pareces mucho a tu padre—rió sin mover sus labios y puso sus pequeñas manos a ambos lados de mi faz—También a Arabelle—añadió con sequedad antes de retirar sus manos con delicadeza. Entonces, puse distancia entre ambos, volviendo al lado de Laurence.
Aquella criatura me pareció macabra, causándome cierta fascinación, pues jamás había visto a un convertido en una edad tan temprana. Aquella niña no tendría más de seis años cuándo le fue concedida la inmortalidad, y ahora lucía atrapada en un cuerpo débil e inmaduro pesé a que su alma era ya la de una mujer, atormentada por su condición, hundida en su desdicha. Resentimiento y amargura era lo que desprendían aquellos ojos negros, y en su aniñado timbre de voz podía distinguirse un matiz cruento, muy alejado de la inocencia propia de la infancia.[...]
La mugrienta taberna "La perla" albergaba a lo peorcito de las tierras altas, era sabido que era lugar de encuentro de criminales, forajidos, asesinos y prestamistas de dudosa integridad. Pocos osaban adentrarse y los que lo hacían era porque estaban demasiado desesperados.
El ambiente durante las noches alcanzaba su punto álgido y los alaridos, las discusiones y las peleas eran tan habituales como el alcohol que se servía en la barra. El local tomaba el nombre de su mesera, una mujer de carácter y mal hablada que mantenía su negocio a base de mano dura y suculentos sobornos a uno de los gremios criminales más temidos de la ciudadela. Con esto se procuraba tener las espaldas bien cubiertas así que se tomaba las licencias que quería con los clientes, usualmente estas licencias se basaban en ser grosera de más cuando algún cliente se sobrepasaba. Perla, para la sorpresa de muchos, era humana, una pelirroja entrada en años que no dudaba en arrearle un buen mamporro a todo aquel se pasara de baboso.
Kalheim, un elfo de rasgos aniñados frecuentaba aquél local con asiduidad pues era dónde más contratos bien remunerados encontraba, además, Perla le procuraba clientela siempre y cuando él le diera un tanto por ciento de los beneficios.
Aquella noche no fue diferente, el ambiente estaba cargado, olía a sudor rancio y a alcohol barato, las mismas caras de siempre que aborrecía y unas pocas nuevas, pero ninguna lo suficientemente interesante para llamar su atención.
Cuando Kalheim notó que su garganta estuvo lo suficientemente seca se acercó a la barra y le hizo un gesto efusivo a Perla que rodó los ojos en signo de resignación. Kalheim disfrutaba hacerla rabiar, siempre le habían llamado la atención las mujeres con carácter y gracias a ella había podido contemplar algunas de las escenas más divertidas de toda su vida, como cuando Perla le arreó con el cazo en todo la cara a un elfo estirado que la llamo "gorda", o como cuando amenazó a un hombre robusto como un armario con el cuchillo de trinchar la carne por un comentario poco acertado sobre sus empanadas de cerdo. El elfo tenía que reconocerlo, le encantaba visitar "La Perla", por mucho que el alcohol que ahí servían supiera a meado de burra y las empanadas a trapos viejos.
—¡Ponme algo fuerte preciosa! — vociferó Kalheim mientras mostraba su habitual sonrisa lobuna.
— Me debes 70 rukias todavía cariño— le susurró Perla apoyando sus enormes pechos sobre la barra.
— Oh vamos muñeca, sabes que siempre acabo pagando mis deudas— le contestó con voz socarrona.
—Eso dijiste la última vez muñeco—bufó divertida haciendo énfasis en la palabra "muñeco".
Kalheim estuvo a punto de rechistar cuando la campanilla que prendía de la puerta de la taberna tintineó, un hombre encapuchado y que vestía una túnica negra entro en el local y se dirigió directamente hacia la barra, en el lado opuesto en el que se encontraba Kalheim.
Perla se dirigió a atender al recién llegado y a los pocos minutos volvió con una jarra de su licor más fuerte.
—Esto es para ti brabucón, espero que esta noche te quedes tieso—vociferó traviesa.
—¿Has cambiado de opinión? — pregunto Kalheim con una sonrisa ladina.
—No, te he encontrado trabajo— susurró a la vez que le hacía un gesto con la cabeza en dirección al encapuchado.
—¡Te quiero! — exclamó pícaramente al tiempo que se levantaba del taburete y se dirigía en dirección al encapuchado.
[...]