11 es el orden en que fue acabado el borrador de novela corta, cuanto más bajo sea más viejo, quizá en los últimos haya mejorado.
Luego pongo el género, Ciencia Ficción, y el título.
Alianza contra el Imperio Élfico Estelar.
Este borrador tiene unas 30 180 palabras en 27 capítulos.
Pongo los tres primeros capítulos:
Capítulo 1. Estación espacial Europa 3.
Los nuevos reclutas estaban en el graderío del estadio deportivo de la tercera estación espacial de entrenamiento de nuevos reclutas para la Armada Estelar de la Unión Europea, rodeado de los campos de cultivo el estadio estaba en mitad de la zona agrícola, pero cerca de de uno de lo conductos que llevaban hacia el eje de la estación, el lugar donde la estación giraba el cilindro exterior para generar gravedad artificial.
El instructor principal Bastian hablaba por megafonía:
Estimados alumnos, habéis sido seleccionados para formar parte de la prestigiosa Armada Estelar.
Gilmer comentó en voz alta, más bien descartados, por ser los peores estudiantes o los más pobres cuyas familias no han podido pagar estudios para nosotros.
Bastian miró a quien hablaba e identificó al escocés, que vestía una falda típica de su país, le hizo un gesto para que callase y continuó el discurso.
Bastian estaba finalizando su discurso cuando aparecieron dos instructores más, les señaló y pidió a los nuevos reclutas que les siguiesen hasta los barracones, uno para mujeres y otro para hombres.
Estaba apunto de irse cuando descubrió a un joven que tenía la mano levantada.
Bastian le dijo que hablase.
Señor, soy el recluta Lucas Del Pino Matamoros, soy voluntario, creo que tenemos alojamiento distinto si no recuerdo mal del folleto de reclutamiento, mi prima Silvia Avellaneda Matamoros también es voluntaria dijo mientras la señalaba.
Bastian miró con detenimiento a ambos mientras el resto de reclutas empezaba a irse y tras unos instantes callado habló:
Voluntarios sin familiares militares eh, en treinta años jamás había visto tal cosa, bien iremos a vuestros alojamiento, gritó Dunkerson, Gilmer, venga con nosotros, le va a tocar limpiar las habitaciones de los voluntarios por gracioso y como no lo haga bien se acordará de este día.
Los tres jóvenes y Bastian avanzaban al paso rápido que marcaba el instructor, este les señaló los dos barracones donde iban a ir el resto de reclutas y le dijo a Gilmer que el número uno era el suyo para que fuese más tarde.
Avanzaron trescientos metros más y llegaron a una especie de casa grande con aspecto de abandono severo, el instructor se acercó al ordenador que había en la puerta y cuando la cámara de vigilancia le hizo un reconocimiento facial pidió que admitiese a dos nuevos huéspedes, Lucas y Silvia, les pidió a ambos que se acercasen y mostrasen sus identificadores, el ordenador a través de la cámara tomó registro de sus rostros y les pidió que hablasen para también identificarles por voz.
Luego Bastian comentó que el cadete Gilmer estaba autorizado solo por hoy a entrar allí para limpiar los cuartos uno y dos, ordenó abrir la puerta y todos entraron.
A la izquierda la habitación uno y a la derecha la dos, escojan la que quieran, Gilmer ve hasta el cuarto del fondo, el de limpieza y coge lo que necesites, hay vídeos educativos de cómo hacerlo a tu disposición si no sabes cómo hacerlo.
Bueno chicos, hasta mañana a las nueve horas en punto en el estadio deportivo, ordenaré que traigan comida a vuestra cocina comedor, no pensaba que fuese a haber voluntarios, falta de costumbre, pero el error es mío por no revisar los correos electrónicos.
Podéis preguntarle al ordenador por las instalaciones y todo lo que necesitéis dijo mientras se iba encaminando hacia la puerta de salida.
Los primos acordaron quedarse Silvia con la habitación uno y Lucas con la dos, entraron a inspeccionarlas y estaban bien, tres armarios, cama amplia, mesa con ordenador, baño propio en otra habitación con bañera y ducha, lo que más apeteciese al voluntario, y una amplia ventana con vistas al jardín bastante descuidado pero agradable de ver.
Gilmer tocó la puerta de la habitación de Silvia y entró a limpiar con una aspiradora que además soltaba vapor de agua a altas temperaturas para desinfectar, según el ordenador del barracón especial de voluntarios, el mobiliario, ordenadores personales incluidos, soportaban la temperatura del vapor sin problemas, así que hizo lo que decía el vídeo instructivo y limpió la habitación a fondo.
Luego salió y fue a hacer lo mismo con la habitación de Lucas, que estaba hablando con su prima comentado entre ellos que las habitaciones estaban bien.
Cuando Lucas terminó, los primos le agradecieron la limpieza, este hizo una mueca mirando hacia arriba diciendo que no había de qué y comentó que iba a ver los maravillosos aposentos que el barracón de los no voluntarios le proporcionaría.
Silvia comentó que su calefacción parecía estar estropeada, fue a su ordenador y preguntó si había piezas de repuesto y material para hacer el arreglo, el ordenador dijo donde encontrar lo que necesitaba y mostró un mapa de cómo llegar y ella, que en la granja familiar se encargaba de las reparaciones, fue primero a la intendencia de la base a solicitar las herramientas y los materiales que necesitaba y cuando se las dieron arregló la calefacción ella misma, luego notificó el arreglo en su ordenador y fue de nuevo a la intendencia a devolver los materiales.
Mientras tanto Lucas había primero abierto la puerta a una soldado que le traía sábanas y mantas y minutos más tarde recibido las provisiones y ayudado al soldado que las había traído a meterlas en la cocina de la casa de voluntarios, después había preparado una ensalada y pasta con tomate y queso para comer.
Ambos primos comieron tranquilamente y tras charlas una hora más se fueron a sus habitaciones a descansar hasta el día siguiente, en sus ordenadores pudieron ver películas, jugar a juegos de ordenador o escuchar música, aunque a las doce de la noche todo el ocio se cortaba automáticamente, a pesar de eso las comodidades de que disponían estaban muy por encima de las que tenían sus compañeros forzados.
Capítulo 2. La fragata Soria.
Tras las clases de educación física a la que todos eran sometidos, había clases especiales según aptitudes para los reclutas, solo los primos voluntarios podían escoger algunas de ellas, el resto lo que los instructores o la inteligencia artificial central seleccionasen por ellos.
Además de educación física había algunas que nadie podía evitar, disparo de armas láser, control de armamento de nave espacial, paseos por el espacio con trajes espaciales menos engorrosos de lo que cabría esperar gracias a los siglos de avances en este campo y mecánica elemental.
Lucas había seleccionado las clases adecuadas para poder acabar siendo capitán de nave, pilotaje, combate espacial, comunicaciones, combate espacial avanzado, entrenamiento psicológico para situaciones de estrés, mando, matemáticas aplicadas, física y química.
Su prima sin embargo se había decantado por mecánica media y mecánica avanzada, matemáticas, física, química, dibujo técnico, diseño de herramienta, soldadura.
Ambos primos habían sido los primeros en sus respectivas especialidades, por lo que tuvieron posibilidad de elegir destino, Lucas podía escoger entre ser ayudante del capitán de un crucero o ser capitán de una fragata construida en su planeta natal, Iberia, por lo que decidió que era mejor ser cabeza de ratón que cola de león y se decantó por ser capitán.
Silvia también pudo escoger entre ser profesora en la estación espacial o ser la oficial de mantenimiento de diversas naves, dado que quería ganar dinero descartó quedarse como profesora en la estación y escogió la nave de su primo para servir, la paga no sería muy distinta a ser segunda de mantenimiento en una nave más grande y así podría estar con su primo.
Tras dos semanas de vacaciones, ambos se subieron a la nave que acaba de anclarse a la estación, ciento cuarenta personas formarían la tripulación de la fragata de mil novecientas toneladas, algunos de ellos eran cadetes de la última promoción, pero otros eran soldados de la armada con cierta experiencia para que ayudasen a los novatos para que la efectividad de la nave fuese máxima, necesitaban la flota operativa ya que la guerra contra los elfos no iba nada bien.
Cuando Lucas subió a bordo, su segunda la Teniente Zaida le enseñó la nave y hablaron largo y tendido de la tripulación, si a Zaida no le gustaba el segundo apellido de Lucas es algo que la mujer no dijo en ningún momento, se mostró afable, correcta y atenta a su superior en todo momento, parecía un segundo bastante capacitado pensó Lucas mientras leía el expediente de Zaida tranquilamente a pesar de tenerla delante.
La mujer de treinta y dos años, había combatido ya en tres batallas espaciales, tres derrotas, para no variar, contra los elfos. Era la ciento cincuenta y tres de su promoción en la especialidad de capitán, por eso no había pasado de ser segunda todavía, y las derrotas no habían ayudado en su promoción, aunque ganar contra los tecnológicamente avanzados enemigos era complicado.
Establecieron turnos de doce horas, Lucas en uno, Zaida en el otro, harían de capitán para cosas rutinarias, pero en momentos de batalla Lucas iría a la sala de mando y tomaría el control si no estaba ya en la sala porque era su turno, a Zaida le pareció bien.
Los pilotos eran Braulio y Pamela, Braulio era un cuarentón que llevaba surcando el espacio más de veinte años, Pamela una novata de la misma promoción que Lucas, este recordaba que Pamela había quedado la octava de la promoción en su puesto, no estaba mal.
En armamento estaban las hermanas de origen portugués Giomar y Zeita, también de su promoción y del planeta Iberia, como casi toda la tripulación, la armada había pensado minimizar los problemas idiomáticos en las naves por algunas experiencias previas desastrosas.
Los puestos de técnico en sistemas de armamento, o artilleros como se les solía llamar, si tenían experiencia real en combate estaban muy demandados, por lo que solían acabar estando los curtidos en batalla en las naves más grandes donde había varios turnos para que todos estuviesen muy descansados y lo hiciesen bien llegado el momento.
Los oficiales de comunicaciones eran Enrique y Jagoba, el primero tenía cincuenta y cuatro años y estaba cerca de la jubilación forzosa, pero la armada tenía en mente aprovecharle hasta el último minuto ya que había pocos técnicos de comunicaciones por su bajo sueldo, enseguida utilizaban estos técnicos las clases de formación continua para especializarse en otra rama de la oficialidad y dejar las comunicaciones, Jagoba por su parte era otro novato más.
En mantenimiento y reparaciones estaban su prima Silvia y su segundo Evandro, de origen portugués, este último tenía cuarenta y ocho años y según su ficha no era el más astuto de los técnicos de mantenimiento, pero trabajaba sin descanso y obedecía sin chistar.
La orden para el capitán era desplazarse a las coordenadas que le habían mandado a la computadora de su nave y estaba mirando en ese instante en el ordenador personal junto al sillón de mando en la sala de control de la nave, Lucas comprobó la ruta, indicó a Pamela que pusiese rumbo y luego pidió a Pamela que lanzase algunos señuelos de ejercicio y practicase con las armas láser sobre ellos.
Por último le pidió a Enrique que le informase a su comunicador personal si entraba alguna comunicación y salió un momento de la sala de control para ir al baño, regresó en menos de tres minutos, no quería dejar la nave sin capitán mucho tiempo aunque estuviesen en una zona segura.
Tras doce horas de turno llegó el relevo, Zaida, Braulio, Zeita y Jagoba se acercaron a los asientos y los que estaban sentados en ellos les dejaron el puesto y se fueron a comer algo y descansar.
Los días pasaban y todo transcurría sin percances, todos los novatos se iban acostumbrando a sus puestos y los soldados más curtidos les daban consejos para que fuese más fácil llevar los trabajos a cabo de forma correcta, los novatos solían hacerles caso siempre y cuando no fuese peligrosa la sugerencia que les habían hecho.
La fragata capitaneada por Lucas llegó a las coordenadas indicadas, allí se unió a un convoy militar, estaban ya allí un crucero ligero, dos destructores y dos fragatas más, que escoltaban a cinco cargueros medianos con suministros para un planeta en el que se alojaba parte de la mayor parte de la flota de la armada en ese sector.
El capitán del crucero, Rowan, le dio la bien venida y le pidió que se pusiese a la cola del convoy para cubrir la retaguardia, le explicó que los destructores iban a cada lado del convoy y el crucero delante de los cargueros, las dos fragatas restantes iban muy por delante inspeccionando el espacio en busca de amenazas.
El convoy avanzó varios días a buena velocidad hasta que una de las fragatas regresó antes de lo esperado con algunos destrozos en el blindaje e informó que una flotilla élfica compuesta por dos cruceros, cuatro destructores y cuatro fragatas venían hacia ellos.
Rowan, que tenía un amuleto en forma de trébol de cuatro hojas, se tocó nervioso el amuleto mientras pensaba rápido qué hacer, dio orden para que sonase la alarma de batalla inminente, todos sabían que tenían que ponerse el casco en el traje espacial y acudir a su puesto de combate.
El capitán se comunico con los capitanes de cargueros y les pidió que preparasen el salto espacial lo antes posible con rumbo al planeta destino, ordenó a la fragata dañada que si podía les acompañase en sus saltos por si se topaban con algún problema, mientras ordenó al resto de naves que fuesen a interceptar la amenaza mientras ganaba tiempo para que los impulsores de los cargueros hiciesen el salto.
A Lucas le pidieron que se pusiese detrás del crucero y esperase la oportunidad para lanzar sus misiles, pero que no disparase hasta que los escudos de energía del enemigo hubiesen caído, Lucas tragó saliva mientras pensaba en la enorme desventaja para los humanos que suponía no tener la tecnología de los escudos.
Los dos destructores humanos iban en avanzada muy juntos y se toparon con una fragata a la que dispararon con sus armas láser todo lo que pudieron hasta que la pasaron de largo, momento en que esta se topó con el crucero de Rowan que también disparó sus armas láser hasta que el escudo cedió y empezaron a hacerse agujeros en la nave élfica, que también disparaba pero la diferencia de peso hacía que tuviese perdida la partida por lo que optó por intentar escapar gracias a la gran velocidad de sus impulsores.
Lo que no se esperaba el capitán elfo era que la fragata de Lucas interceptase su ruta de escape, Zaida y Lucas habían estado analizando la información recibida y pidieron a Pamela que trazase la ruta calculada para aparecer justo delante de la nave élfica a la que dispararon con los dos láseres centrales a placer mientras las cuatro torretas láser daban fuego de apoyo, pero los misiles que tardaban más en llegar fueron lo que finiquitó la nave alienígena que sin escudos y con varios agujeros de las armas láser no pudo repeler la entrada de los misiles que cuando detonaron dentro de la nave la partieron en varios cachos.
Giomar mostraba una cara de satisfacción por haber liquidado la nave enemiga, mientras su hermana, que tiempo atrás había llegado corriendo al igual que Zaida, había ocupado un asiento a su lado para encargarse del control de la mitad de las torretas.
Lucas miró hacia el asiento donde estaba su segunda con unos controles similares a los suyos mirando los datos que llegaban de las otras naves o los sensores de la fragata para ver si a su capitán se le pasaba algo.
Zaida dijo que si había visto como había caído uno de sus destructores que estaba peleando con uno de los cruceros y dos destructores que le escoltaban.
Llegó una comunicación de Rowan pidiendo que la Soria fuese a recoger cápsulas de salvamento de esa nave mientras él con su crucero se encaraba con el otro crucero para cubrirles.
El otro destructor humano estaba también recibiendo mucho daño en su blindaje y tras pedir permiso para retirarse lo intentó con más pena que gloria, cuando finalmente logro hacer el salto un tercio de la nave parecía un coladero.
La otra fragata humana había regresado pero se había topado con otra fragata élfica y dada la peor tecnología de los humanos se estaba llevando una paliza por lo que su capitán decidió huir sin pedir autorización a Rowan.
Cuando la fragata Soria había recogido de destructor Normandia cinco cápsulas de salvamento con diez personas cada una pasó lo peor que les podía pasar, el crucero que les daba cobertura se partió por la mitad, Zaida miró a Lucas expectante, este calculó una ruta que pasaba justo por donde se acababa de romper el crucero de Rowan y ordenó a Pamela que la ejecutase mientras preparaba el salto y si podían coger alguna cápsula de salvamento sin perder velocidad lo hiciesen.
Giomar y Zeita disparaban las torretas sin muchas expectativas de éxito, ya que los escudos de las naves los absorbían sin aparente merma de sus escudos, Lucas sabía que con al potencia de fuego de la nave no podrían hacer nada así que tocaba huir.
Las naves enemigas estaban disparando contra el blindaje de la fragata humana dejando algunos agujeros de buen tamaño en la nave a los que los técnicos de reparaciones acudían con gran riesgo para sus vidas.
Mientras llegaban hasta el crucero destruido pudieron subir una cápsula de salvamento del crucero y luego Lucas dio las coordenadas para el salto, Zaida y Pamela pusieron cara extrañada pero la piloto obedeció al instante, el salto sería hacia adelante ya que no podían cambiar la dirección sin girar mucho, lo que les haría perder velocidad y que los elfos les acribillasen, pero en vez de ir hacia el planeta donde la flota humana estaba en el sector fueron unos setenta grados desviados hacia la derecha a territorio desconocido para la humanidad.
Tras el salto, el capitán ordenó otro salto siguiendo la misma dirección, sabía que los elfos por la dirección que traían no venían desde ahí si no más bien al planeta al que ellos debían ir, Lucas explicó a sus oficiales su sospecha de que la flota humana había caído.
Pamela, cuando el impulsor se haya enfriado haz otro salto en la misma dirección, voy a hablar con mi prima para evaluar los daños, Zaida quédate aquí y trata de huir si ves algún enemigo, ten el radar y los sensores en pasivo, Jagoba, mira a ver si llega alguna comunicación nueva y escucha las viejas de nuevo y hazme un resumen, pide ayuda a Enrique, dile que venga.
Capítulo 1. Estación espacial Europa 3.
Los nuevos reclutas estaban en el graderío del estadio deportivo de la tercera estación espacial de entrenamiento de nuevos reclutas para la Armada Estelar de la Unión Europea, rodeado de los campos de cultivo el estadio estaba en mitad de la zona agrícola, pero cerca de de uno de lo conductos que llevaban hacia el eje de la estación, el lugar donde la estación giraba el cilindro exterior para generar gravedad artificial.
El instructor principal Bastian hablaba por megafonía:
Estimados alumnos, habéis sido seleccionados para formar parte de la prestigiosa Armada Estelar.
Gilmer comentó en voz alta, más bien descartados, por ser los peores estudiantes o los más pobres cuyas familias no han podido pagar estudios para nosotros.
Bastian miró a quien hablaba e identificó al escocés, que vestía una falda típica de su país, le hizo un gesto para que callase y continuó el discurso.
Bastian estaba finalizando su discurso cuando aparecieron dos instructores más, les señaló y pidió a los nuevos reclutas que les siguiesen hasta los barracones, uno para mujeres y otro para hombres.
Estaba apunto de irse cuando descubrió a un joven que tenía la mano levantada.
Bastian le dijo que hablase.
Señor, soy el recluta Lucas Del Pino Matamoros, soy voluntario, creo que tenemos alojamiento distinto si no recuerdo mal del folleto de reclutamiento, mi prima Silvia Avellaneda Matamoros también es voluntaria dijo mientras la señalaba.
Bastian miró con detenimiento a ambos mientras el resto de reclutas empezaba a irse y tras unos instantes callado habló:
Voluntarios sin familiares militares eh, en treinta años jamás había visto tal cosa, bien iremos a vuestros alojamiento, gritó Dunkerson, Gilmer, venga con nosotros, le va a tocar limpiar las habitaciones de los voluntarios por gracioso y como no lo haga bien se acordará de este día.
Los tres jóvenes y Bastian avanzaban al paso rápido que marcaba el instructor, este les señaló los dos barracones donde iban a ir el resto de reclutas y le dijo a Gilmer que el número uno era el suyo para que fuese más tarde.
Avanzaron trescientos metros más y llegaron a una especie de casa grande con aspecto de abandono severo, el instructor se acercó al ordenador que había en la puerta y cuando la cámara de vigilancia le hizo un reconocimiento facial pidió que admitiese a dos nuevos huéspedes, Lucas y Silvia, les pidió a ambos que se acercasen y mostrasen sus identificadores, el ordenador a través de la cámara tomó registro de sus rostros y les pidió que hablasen para también identificarles por voz.
Luego Bastian comentó que el cadete Gilmer estaba autorizado solo por hoy a entrar allí para limpiar los cuartos uno y dos, ordenó abrir la puerta y todos entraron.
A la izquierda la habitación uno y a la derecha la dos, escojan la que quieran, Gilmer ve hasta el cuarto del fondo, el de limpieza y coge lo que necesites, hay vídeos educativos de cómo hacerlo a tu disposición si no sabes cómo hacerlo.
Bueno chicos, hasta mañana a las nueve horas en punto en el estadio deportivo, ordenaré que traigan comida a vuestra cocina comedor, no pensaba que fuese a haber voluntarios, falta de costumbre, pero el error es mío por no revisar los correos electrónicos.
Podéis preguntarle al ordenador por las instalaciones y todo lo que necesitéis dijo mientras se iba encaminando hacia la puerta de salida.
Los primos acordaron quedarse Silvia con la habitación uno y Lucas con la dos, entraron a inspeccionarlas y estaban bien, tres armarios, cama amplia, mesa con ordenador, baño propio en otra habitación con bañera y ducha, lo que más apeteciese al voluntario, y una amplia ventana con vistas al jardín bastante descuidado pero agradable de ver.
Gilmer tocó la puerta de la habitación de Silvia y entró a limpiar con una aspiradora que además soltaba vapor de agua a altas temperaturas para desinfectar, según el ordenador del barracón especial de voluntarios, el mobiliario, ordenadores personales incluidos, soportaban la temperatura del vapor sin problemas, así que hizo lo que decía el vídeo instructivo y limpió la habitación a fondo.
Luego salió y fue a hacer lo mismo con la habitación de Lucas, que estaba hablando con su prima comentado entre ellos que las habitaciones estaban bien.
Cuando Lucas terminó, los primos le agradecieron la limpieza, este hizo una mueca mirando hacia arriba diciendo que no había de qué y comentó que iba a ver los maravillosos aposentos que el barracón de los no voluntarios le proporcionaría.
Silvia comentó que su calefacción parecía estar estropeada, fue a su ordenador y preguntó si había piezas de repuesto y material para hacer el arreglo, el ordenador dijo donde encontrar lo que necesitaba y mostró un mapa de cómo llegar y ella, que en la granja familiar se encargaba de las reparaciones, fue primero a la intendencia de la base a solicitar las herramientas y los materiales que necesitaba y cuando se las dieron arregló la calefacción ella misma, luego notificó el arreglo en su ordenador y fue de nuevo a la intendencia a devolver los materiales.
Mientras tanto Lucas había primero abierto la puerta a una soldado que le traía sábanas y mantas y minutos más tarde recibido las provisiones y ayudado al soldado que las había traído a meterlas en la cocina de la casa de voluntarios, después había preparado una ensalada y pasta con tomate y queso para comer.
Ambos primos comieron tranquilamente y tras charlas una hora más se fueron a sus habitaciones a descansar hasta el día siguiente, en sus ordenadores pudieron ver películas, jugar a juegos de ordenador o escuchar música, aunque a las doce de la noche todo el ocio se cortaba automáticamente, a pesar de eso las comodidades de que disponían estaban muy por encima de las que tenían sus compañeros forzados.
Capítulo 2. La fragata Soria.
Tras las clases de educación física a la que todos eran sometidos, había clases especiales según aptitudes para los reclutas, solo los primos voluntarios podían escoger algunas de ellas, el resto lo que los instructores o la inteligencia artificial central seleccionasen por ellos.
Además de educación física había algunas que nadie podía evitar, disparo de armas láser, control de armamento de nave espacial, paseos por el espacio con trajes espaciales menos engorrosos de lo que cabría esperar gracias a los siglos de avances en este campo y mecánica elemental.
Lucas había seleccionado las clases adecuadas para poder acabar siendo capitán de nave, pilotaje, combate espacial, comunicaciones, combate espacial avanzado, entrenamiento psicológico para situaciones de estrés, mando, matemáticas aplicadas, física y química.
Su prima sin embargo se había decantado por mecánica media y mecánica avanzada, matemáticas, física, química, dibujo técnico, diseño de herramienta, soldadura.
Ambos primos habían sido los primeros en sus respectivas especialidades, por lo que tuvieron posibilidad de elegir destino, Lucas podía escoger entre ser ayudante del capitán de un crucero o ser capitán de una fragata construida en su planeta natal, Iberia, por lo que decidió que era mejor ser cabeza de ratón que cola de león y se decantó por ser capitán.
Silvia también pudo escoger entre ser profesora en la estación espacial o ser la oficial de mantenimiento de diversas naves, dado que quería ganar dinero descartó quedarse como profesora en la estación y escogió la nave de su primo para servir, la paga no sería muy distinta a ser segunda de mantenimiento en una nave más grande y así podría estar con su primo.
Tras dos semanas de vacaciones, ambos se subieron a la nave que acaba de anclarse a la estación, ciento cuarenta personas formarían la tripulación de la fragata de mil novecientas toneladas, algunos de ellos eran cadetes de la última promoción, pero otros eran soldados de la armada con cierta experiencia para que ayudasen a los novatos para que la efectividad de la nave fuese máxima, necesitaban la flota operativa ya que la guerra contra los elfos no iba nada bien.
Cuando Lucas subió a bordo, su segunda la Teniente Zaida le enseñó la nave y hablaron largo y tendido de la tripulación, si a Zaida no le gustaba el segundo apellido de Lucas es algo que la mujer no dijo en ningún momento, se mostró afable, correcta y atenta a su superior en todo momento, parecía un segundo bastante capacitado pensó Lucas mientras leía el expediente de Zaida tranquilamente a pesar de tenerla delante.
La mujer de treinta y dos años, había combatido ya en tres batallas espaciales, tres derrotas, para no variar, contra los elfos. Era la ciento cincuenta y tres de su promoción en la especialidad de capitán, por eso no había pasado de ser segunda todavía, y las derrotas no habían ayudado en su promoción, aunque ganar contra los tecnológicamente avanzados enemigos era complicado.
Establecieron turnos de doce horas, Lucas en uno, Zaida en el otro, harían de capitán para cosas rutinarias, pero en momentos de batalla Lucas iría a la sala de mando y tomaría el control si no estaba ya en la sala porque era su turno, a Zaida le pareció bien.
Los pilotos eran Braulio y Pamela, Braulio era un cuarentón que llevaba surcando el espacio más de veinte años, Pamela una novata de la misma promoción que Lucas, este recordaba que Pamela había quedado la octava de la promoción en su puesto, no estaba mal.
En armamento estaban las hermanas de origen portugués Giomar y Zeita, también de su promoción y del planeta Iberia, como casi toda la tripulación, la armada había pensado minimizar los problemas idiomáticos en las naves por algunas experiencias previas desastrosas.
Los puestos de técnico en sistemas de armamento, o artilleros como se les solía llamar, si tenían experiencia real en combate estaban muy demandados, por lo que solían acabar estando los curtidos en batalla en las naves más grandes donde había varios turnos para que todos estuviesen muy descansados y lo hiciesen bien llegado el momento.
Los oficiales de comunicaciones eran Enrique y Jagoba, el primero tenía cincuenta y cuatro años y estaba cerca de la jubilación forzosa, pero la armada tenía en mente aprovecharle hasta el último minuto ya que había pocos técnicos de comunicaciones por su bajo sueldo, enseguida utilizaban estos técnicos las clases de formación continua para especializarse en otra rama de la oficialidad y dejar las comunicaciones, Jagoba por su parte era otro novato más.
En mantenimiento y reparaciones estaban su prima Silvia y su segundo Evandro, de origen portugués, este último tenía cuarenta y ocho años y según su ficha no era el más astuto de los técnicos de mantenimiento, pero trabajaba sin descanso y obedecía sin chistar.
La orden para el capitán era desplazarse a las coordenadas que le habían mandado a la computadora de su nave y estaba mirando en ese instante en el ordenador personal junto al sillón de mando en la sala de control de la nave, Lucas comprobó la ruta, indicó a Pamela que pusiese rumbo y luego pidió a Pamela que lanzase algunos señuelos de ejercicio y practicase con las armas láser sobre ellos.
Por último le pidió a Enrique que le informase a su comunicador personal si entraba alguna comunicación y salió un momento de la sala de control para ir al baño, regresó en menos de tres minutos, no quería dejar la nave sin capitán mucho tiempo aunque estuviesen en una zona segura.
Tras doce horas de turno llegó el relevo, Zaida, Braulio, Zeita y Jagoba se acercaron a los asientos y los que estaban sentados en ellos les dejaron el puesto y se fueron a comer algo y descansar.
Los días pasaban y todo transcurría sin percances, todos los novatos se iban acostumbrando a sus puestos y los soldados más curtidos les daban consejos para que fuese más fácil llevar los trabajos a cabo de forma correcta, los novatos solían hacerles caso siempre y cuando no fuese peligrosa la sugerencia que les habían hecho.
Capítulo 3. Batalla desastrosa, huida desesperada.
La fragata capitaneada por Lucas llegó a las coordenadas indicadas, allí se unió a un convoy militar, estaban ya allí un crucero ligero, dos destructores y dos fragatas más, que escoltaban a cinco cargueros medianos con suministros para un planeta en el que se alojaba parte de la mayor parte de la flota de la armada en ese sector.
El capitán del crucero, Rowan, le dio la bien venida y le pidió que se pusiese a la cola del convoy para cubrir la retaguardia, le explicó que los destructores iban a cada lado del convoy y el crucero delante de los cargueros, las dos fragatas restantes iban muy por delante inspeccionando el espacio en busca de amenazas.
El convoy avanzó varios días a buena velocidad hasta que una de las fragatas regresó antes de lo esperado con algunos destrozos en el blindaje e informó que una flotilla élfica compuesta por dos cruceros, cuatro destructores y cuatro fragatas venían hacia ellos.
Rowan, que tenía un amuleto en forma de trébol de cuatro hojas, se tocó nervioso el amuleto mientras pensaba rápido qué hacer, dio orden para que sonase la alarma de batalla inminente, todos sabían que tenían que ponerse el casco en el traje espacial y acudir a su puesto de combate.
El capitán se comunico con los capitanes de cargueros y les pidió que preparasen el salto espacial lo antes posible con rumbo al planeta destino, ordenó a la fragata dañada que si podía les acompañase en sus saltos por si se topaban con algún problema, mientras ordenó al resto de naves que fuesen a interceptar la amenaza mientras ganaba tiempo para que los impulsores de los cargueros hiciesen el salto.
A Lucas le pidieron que se pusiese detrás del crucero y esperase la oportunidad para lanzar sus misiles, pero que no disparase hasta que los escudos de energía del enemigo hubiesen caído, Lucas tragó saliva mientras pensaba en la enorme desventaja para los humanos que suponía no tener la tecnología de los escudos.
Los dos destructores humanos iban en avanzada muy juntos y se toparon con una fragata a la que dispararon con sus armas láser todo lo que pudieron hasta que la pasaron de largo, momento en que esta se topó con el crucero de Rowan que también disparó sus armas láser hasta que el escudo cedió y empezaron a hacerse agujeros en la nave élfica, que también disparaba pero la diferencia de peso hacía que tuviese perdida la partida por lo que optó por intentar escapar gracias a la gran velocidad de sus impulsores.
Lo que no se esperaba el capitán elfo era que la fragata de Lucas interceptase su ruta de escape, Zaida y Lucas habían estado analizando la información recibida y pidieron a Pamela que trazase la ruta calculada para aparecer justo delante de la nave élfica a la que dispararon con los dos láseres centrales a placer mientras las cuatro torretas láser daban fuego de apoyo, pero los misiles que tardaban más en llegar fueron lo que finiquitó la nave alienígena que sin escudos y con varios agujeros de las armas láser no pudo repeler la entrada de los misiles que cuando detonaron dentro de la nave la partieron en varios cachos.
Giomar mostraba una cara de satisfacción por haber liquidado la nave enemiga, mientras su hermana, que tiempo atrás había llegado corriendo al igual que Zaida, había ocupado un asiento a su lado para encargarse del control de la mitad de las torretas.
Lucas miró hacia el asiento donde estaba su segunda con unos controles similares a los suyos mirando los datos que llegaban de las otras naves o los sensores de la fragata para ver si a su capitán se le pasaba algo.
Zaida dijo que si había visto como había caído uno de sus destructores que estaba peleando con uno de los cruceros y dos destructores que le escoltaban.
Llegó una comunicación de Rowan pidiendo que la Soria fuese a recoger cápsulas de salvamento de esa nave mientras él con su crucero se encaraba con el otro crucero para cubrirles.
El otro destructor humano estaba también recibiendo mucho daño en su blindaje y tras pedir permiso para retirarse lo intentó con más pena que gloria, cuando finalmente logro hacer el salto un tercio de la nave parecía un coladero.
La otra fragata humana había regresado pero se había topado con otra fragata élfica y dada la peor tecnología de los humanos se estaba llevando una paliza por lo que su capitán decidió huir sin pedir autorización a Rowan.
Cuando la fragata Soria había recogido de destructor Normandia cinco cápsulas de salvamento con diez personas cada una pasó lo peor que les podía pasar, el crucero que les daba cobertura se partió por la mitad, Zaida miró a Lucas expectante, este calculó una ruta que pasaba justo por donde se acababa de romper el crucero de Rowan y ordenó a Pamela que la ejecutase mientras preparaba el salto y si podían coger alguna cápsula de salvamento sin perder velocidad lo hiciesen.
Giomar y Zeita disparaban las torretas sin muchas expectativas de éxito, ya que los escudos de las naves los absorbían sin aparente merma de sus escudos, Lucas sabía que con al potencia de fuego de la nave no podrían hacer nada así que tocaba huir.
Las naves enemigas estaban disparando contra el blindaje de la fragata humana dejando algunos agujeros de buen tamaño en la nave a los que los técnicos de reparaciones acudían con gran riesgo para sus vidas.
Mientras llegaban hasta el crucero destruido pudieron subir una cápsula de salvamento del crucero y luego Lucas dio las coordenadas para el salto, Zaida y Pamela pusieron cara extrañada pero la piloto obedeció al instante, el salto sería hacia adelante ya que no podían cambiar la dirección sin girar mucho, lo que les haría perder velocidad y que los elfos les acribillasen, pero en vez de ir hacia el planeta donde la flota humana estaba en el sector fueron unos setenta grados desviados hacia la derecha a territorio desconocido para la humanidad.
Tras el salto, el capitán ordenó otro salto siguiendo la misma dirección, sabía que los elfos por la dirección que traían no venían desde ahí si no más bien al planeta al que ellos debían ir, Lucas explicó a sus oficiales su sospecha de que la flota humana había caído.
Pamela, cuando el impulsor se haya enfriado haz otro salto en la misma dirección, voy a hablar con mi prima para evaluar los daños, Zaida quédate aquí y trata de huir si ves algún enemigo, ten el radar y los sensores en pasivo, Jagoba, mira a ver si llega alguna comunicación nueva y escucha las viejas de nuevo y hazme un resumen, pide ayuda a Enrique, dile que venga.