Hijo del Alba
La historia de Lucifer (que significa estrella de la mañana, el portador de luz o hijo del alba), el ángel caído, es una narrativa desarrollada principalmente en las tradiciones cristiana, judía e islámica, aunque no siempre está explícitamente descrita en las escrituras sagradas. La versión más conocida combina pasajes bíblicos, textos apócrifos y tradiciones posteriores.
Según las tradiciones, ocupaba un lugar exaltado en el cielo, cercano al trono divino, y era conocido por su esplendor y perfección. Se le describe como uno de los ángeles más bellos, poderosos y sabios creados por Dios.
El relato tradicional sostiene que Lucifer se llena de orgullo y ambición. Según esta narrativa, no estaba dispuesto a someterse al plan divino, especialmente cuando Dios creó a los humanos y les otorgó un lugar especial en la creación.
En algunas versiones, Lucifer se negó a postrarse ante los humanos, viéndolos como inferiores a los ángeles. En otras, deseaba ser igual o superior a Dios, desafiando su autoridad.
Según el Apocalipsis (12:7-9), hubo una gran batalla en el cielo. Miguel, el arcángel, lideró a los ángeles fieles contra Lucifer y sus seguidores. Lucifer fue derrotado y, junto con los ángeles rebeldes, fue expulsado del cielo.
Tras su derrota, cayó del cielo "como un rayo" (Lucas 10:18). Se dice que fue desterrado a la tierra o al infierno por su traicion, donde asumió el papel de Satanás, el adversario de Dios y el tentador de la humanidad. En esta condición, Lucifer pasó de ser un ángel de luz a una figura de oscuridad, simbolizando el pecado, la tentación y el mal.
A partir de este punto, su propósito fue oponerse al plan divino, corromper a los humanos y causar su separación de Dios.