Retrato de Alfonsina Storni, poetisa Argentina 1892-1938
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
Hacia la una de la madrugada del martes 25 de octubre de 1938, Alfonsina Storni abandonó su habitación y se dirigió a la playa La Perla. Esa noche su hijo Alejandro no pudo dormir; a la mañana siguiente, lo llamó la dueña del hotel para informarle que le habían reportado del hotel que su madre estaba cansada pero bien.
Siempre hay una esperanza si reconocemos a Dios. Dar la espalda al amor del ser mas maravilloso, nos da en situaciones difíciles, un vació que nadie mas puede llenar.