El niño estaba quemado, chamuscado por el halo del solo sobre su cabeza, tenía hambre, demasiada hambre y de repente observó una rana negra, de esas que parecen estiércol y en comunión total con la naturaleza se devoraron el uno al otro.
Buen trabajo, un arte bien plasmado en oleo, concordando con la narracion, la expresion del niño recuerda algo del estilo goya...impresionismo puro...excelente trabajo, muchos exitos.